Otra vez. Sí. Otra vez perdimos.
¿Cómo puede ser? Si veníamos tan bien. Veníamos ganando
todo. Veníamos arrasando en todas las competencias y ahora quedamos afuera del torneo.
Bueno, bueno. Tienen razón, la segunda mitad del 2015 no
fue buena tampoco. Pero nos desarmaron el equipo. Se fueron jugadores claves,
lo sé. ¿Ahora qué hacemos? Porque tenemos que hacer algo, eso está claro. Vamos
a tener que seguir bancando al equipo. ¿Y al técnico? ¿Qué hacemos con
Napoleón? Yo lo sigo a donde sea que vaya. Se equivocó un par de veces con los
cambios, trajo jugadores que siguen adaptándose hace más de un año y eso es
inaceptable, pero eso no oscurece todo lo bueno que consiguió con el grupo
desarmado. Yo lo banco. Había que reemplazar a Ramón. Alguien tenía que ponerse
en ese lugar y cumplir las expectativas del hincha. Y pudo hacerlo. Ramón Díaz le
dio un grupo adaptado y supo manejarlo. Puedo nombrar varios técnicos que
chocaron el bondi lleno de figuras, y no, no estoy haciendo alusión a lo que le
pasó al Globo. Gallardo se puso el trajecito y salió a embarrarse junto al
grupo.
Ahora bien, los jugadores. Lindo tema ese. Hay que
ponerle sangre a los partidos, muchachos. No tenemos que meternos en el tema
sueldo porque no sabemos nada al respecto. Ya se habló hasta el cansancio de lo
que cobran los jugadores. No creo que la razón del mal juego sea esa. Pero sí
hay una realidad, el equipo se quedo sin referentes. El equipo no tiene un guía
que asome la cabeza y diga este es el camino, vamos por acá. Muchos esperan que
el cabezón haga magia y solucione las falencias del grupo entero. Malas
noticias, no es mago. No va a hacer magia. No tiene tal poder y hasta ahora, no
demostró ser muy distinto. En Brasil habrá sido un Dios para los aficionados,
claro que sí, habrá marcado los goles más lindos que hayan visto en mucho
tiempo -quizás no tengan ESPN y no puedan ver jugar a Leo Messi- pero eso no
significa que vaya a hacerlo en Argentina. En fin, hay cierta responsabilidad
en los jugadores. Quizás el problema esté en sus mentes. Sus preocupaciones o
presiones pueden hacer estragos en su rendimiento. Y a este punto quería
llegar. Si bien todos los jugadores son distintos, muchos reaccionan de la
misma manera cuando hay una injusticia. Muchos reaccionan del mismo modo cuando
se les cobra un penal inexistente y la conversión del gol los deja en
desventaja. ¿Cuánta responsabilidad hay en los árbitros? ¿Cuántos partidos más
van a pasar hasta que se den cuenta de lo que provocan las equivocaciones de
los árbitros?
Hoy jugó muy mal River. No hay excusas. Muchos jugaron incorrectamente,
otros peor. Augusto Batalla tuvo apariciones claves que le dieron tiempo al
equipo de revertir la situación, pero no pasó nada. No reaccionaron. Entonces,
cobrar un penal que no existe, es una guachada. Lo único que hace es poner a la
defensiva a once jugadores que esperan que otra injusticia suceda en cualquier
momento. Hay veces que los jugadores buscan alguna otra falta para poder
discutir con el juez e intentar entender por qué es tan injusto con ellos. No
es bueno para nadie. Tienen que empezar a rever algunas cosas con respecto al
reglamento y a estos señores que tienen el poder de cambiar el estado de ánimo
con un simple silbato. El arbitraje de hoy es anecdótico. En unas semanas nos
olvidaremos y pensaremos solamente en la Copa Libertadores pero ¿por qué tiene
que ser así? El año pasado hubo un robo sensacional en la final de la Copa
Argentina y Ceballos tuvo su merecido. No perdió el trabajo, por suerte, pero
sí dejó de dirigir en primera división. Todos sabemos que los arbitrajes son
parciales. Todos sabemos que hay jueces que alientan a los jugadores y son
exclusivamente improcedentes con ciertos escudos. No hay que investigar mucho.
Le estamos dejando algo tan importante para los jugadores como lo es su estado
de ánimo a gente que no tiene en cuenta que un error puede cambiar el destino
de un partido o de un torneo. No hay que dejar que esto siga sucediendo.
La culpa no siempre la tiene el otro, es cierto. Y,
nuevamente, River jugó mal. River está jugando pésimo hace semanas pero no nos
tenemos que quedar solamente con ese factor. Hay muchas variables que deben ser
tenidas en cuenta a la hora de analizar un resultado. No hay que ser exitistas
tampoco. Muchas veces se juega mal y se gana por pura suerte. Ahí también hay
que ver qué se puede hacer. En este caso, el técnico hará lo que crea necesario
y cambiará lo que crea que tenga que cambiar. Lamentablemente, los individuos a
cargo de la ley en los encuentros son siempre los mismos. Injusticias hay en
todos lados, depende de nosotros que no sigan sucediendo.